Las dos Alemanias

Desde la Cortina de Hierro Jürgen Sparwasser anotó el gol de la guerra fría. Getty Images
Desde la Cortina de Hierro Jürgen Sparwasser anotó el gol de la guerra fría. Getty Images

Hay figuras y partidos que dejan una huella imborrable en el fútbol, que trascienden lo meramente deportivo.

Fue llamado el "Partido del Muro", en alusión al muro de Berlín, el día que las dos Alemanias se enfrentaron en la Copa del Mundo, un mismo país separado por dos ideologías distintas, la República Federal Alemana (RFA) Occidental capitalista y la República Democrática Alemana (RDA) Oriental socialista.

Terminada la Segunda Guerra Mundial y con la división de Alemania en 1949, cada país organizó su Federación de Fútbol y su selección nacional. El 22 de junio de 1974 en la Copa Mundial fue el día del enfrentamiento Alemania contra Alemania en su propio territorio. Fue mucho más que fútbol, fue el partido que simbolizó la Guerra Fría, único e irrepetible.

El estadio Volksparkstadion de Hamburgo con más de 60.000 espectadores en las tribunas fue el escenario del clásico encuentro. En la Alemania Occidental había futbolistas profesionales y estrellas del fútbol como Sepp Maier, Franz Beckenbauer, Hans-Georg Schwarzenbeck, Berti Vogts, Wolfgang Overath, Gerd Müller y los jóvenes Paul Breitner y Uli Hoeness. Para la Alemania Oriental fue la primera vez en su historia que habían conseguido clasificarse para una Copa del Mundo.

Corría la primera fase de la Copa del Mundo de 1974, ya con las dos escuadras alemanas clasificadas a la segunda ronda, lo que se disputaba era el primer lugar de grupo. El intercambio de banderines y el saludo de los capitanes Franz Beckenbauer y Bernd Bransch quedarán en los anales de la historia. Ante todo pronóstico la Alemania Oriental se impuso por 1-0 a la Alemania Federal con gol de Jürgen Sparwasser en el minuto 77, consiguiendo la histórica y simbólica victoria en plena Guerra Fría.

El gol de Sparwasser despertó al combinado occidental alemán, que pasó la segunda ronda frente a la poderosa Polonia de Tomaszewski, Żmuda, Deyna y Lato, Yugoslavia y Suecia, y terminó batiendo a la Holanda de Cruyff en la final para hacerse con su segunda Copa Mundial.

Tras el Mundial de 1974, Jürgen Sparwasser, autor del emblemático gol y afiliado al Partido Comunista, fue la figura ideal para la propaganda política. Según rumores había sido recompensado por el régimen con un auto, una casa y un premio en metálico, y llegó a recibir una oferta para jugar en el Bayern de Múnich, pero no fue cierto.

En 1988 en un partido de veteranos entre las dos Alemanias aprovechó para fugarse al lado occidental, en 1990 fue la caída del Muro de Berlín. Se le recordará por su frase "Si en mi lápida pusieran "Hamburgo 74", todos sabrían quién yace debajo.

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