Época dorada del Calcio

El fútbol es el deporte más popular en Italia, se denomina Calcio, literalmente "patada" en italiano. La reapertura en 1980 del mercado de extranjeros en el Calcio, convirtió a la Serie A italiana en la mejor liga del mundo de la época.

Cuando el Calcio italiano era la mejor liga del mundo. Marco Finizio
Cuando el Calcio italiano era la mejor liga del mundo. Marco Finizio

El fracaso en el Mundial de Chile 62, en el que Italia no pasó de la fase de grupos. El famoso gol del norcoreano Pak Doo-ik en la Copa del Mundo de Inglaterra 1966, marcó profundamente al Calcio, por la eliminación de Italia del torneo a causa de la humillante derrota. Fue la primera gran sorpresa en un Mundial, a pesar de contar con grandes figuras como Albertosi, Burgnich, Facchetti, Lodetti, Rivera y Mazzola.

Una de las consecuencias de la debacle sin precedentes fue el cierre de fichajes para extranjeros, bajo el argumento de que los fracasos de la selección azzurra habían sido por causa de la gran cantidad de futbolistas foráneos, que copaban los puestos destacados en las plantillas de los grandes clubes del país. La misma polémica que se desató en 2018, cuando los italianos no clasificaron para el Mundial de Rusia.

Con el objetivo de potenciar al jugador nacional los clubes de Serie A solo podían inscribir a jugadores locales o nacionales. Fueron 14 años de "proteccionismo", desde el aciago 1966 hasta 1980. Fueron años en los que el Calcio solo logró una Copa de Europa a nivel selección, dos Recopas el Milán y una Copa de la UEFA la Juventus. Un protagonismo muy pobre en comparación a los equipos ingleses, alemanes y españoles.

El fin del aislamiento llegó en 1980, con la apertura del veto futbolístico, permitiendo un futbolista foráneo por equipo. Once de los 16 equipos de la Serie A optaron por incorporar a un extranjero en sus plantillas. Los pioneros de la nueva época dorada del Calcio fueron el irlandés Liam Brady que llegó a la Juventus, el brasileño Paulo Roberto Falcão a la Roma, el holandés Ruud Krol al Napoli, el austriaco Herbert Prohaska al Inter, el brasileño Juary al Avellino, el alemán Herbert Neumann al Udinese o el argentino Daniel Bertoni a la Fiorentina.

La consolidación de los extranjeros por su buen rendimiento trajo consigo otra oleada de jugadores foráneos, como el escocés Joe Jordan que llegó al Milán, que descendió luego a la Serie B por el escándalo Totonero, y el costamarfileño François Zahoui al Ascoli, fue el primer futbolista africano en la serie A.

En 1982 se amplió el cupo de extranjeros a dos y por primera vez todos los equipos de Serie A contaban con al menos un extranjero en sus filas. La Juventus fichó al francés Michel Platini y al polaco Zbigniew Boniek, la Sampdoria al inglés Trevor Francis, el alemán Hansi Müller llegó al Inter, el capitán argentino Daniel Passarella a la Fiorentina y Ramón Díaz al Napoli, los brasileños Edinho y Dirceu a Udinese y Verona respectivamente al igual que el polaco Władysław Żmuda, y el peruano Gerónimo Barbadillo al Avellino.

En la temporada 1983-84 la Juventus de Platini y Boniek recuperó el dominio de la Serie A contra la Roma de Falcão y Toninho Cerezo. El Milán fichó al defensor belga Eric Gerets apodado el "león de Rekem" por su melena, barba y corazón, y al delantero Luther Blisset proveniente del Watford inglés. La Lazio contrató al brasileño Batista y la naciente estrella danés Michael Laudrup. El crack brasileño Zico llegó a Udinese para evitar el descenso y el Inter fichó a Ludo Coeck, medio belga dotado de un potente disparo, desafortunadamente las lesiones truncaron su carrera, muriendo tiempo después en un accidente de tráfico.

A principios de 1984, la Federación cerró nuevamente por tres años el mercado de fichajes desde el exterior, hasta después del Mundial de México 86. Los clubes tenían dos opciones: fichar a los extranjeros que ya estaban en Italia o acelerar fichajes desde el exterior antes del 30 de junio.

El Calcio se convirtió en la verdadera Liga de las Estrellas de los 80, al Napoli llegó Diego Maradona, el brasileño Sócrates a la Fiorentina, Júnior al Torino, el germano Karl-Heinz Rummenigge al Inter, Hans-Peter Briegel y Preben Elkjær al Verona, Graeme Souness a la Sampdoria, el sueco Glenn Strömberg al Atalanta, y los ingleses Ray Wilkins y Mark Hateley al Milán, los 16 equipos tenían jugadores de talla mundial y una maravillosa igualdad en sus alineaciones.

El cierre del mercado provocó intercambios entre equipos, aunque no afectó a los equipos recién ascendidos, Boniek partió a la Roma, Laudrup a la Juventus, Barbadillo al Udinese, Brady y Passarella al Inter, Briegel a la Sampdoria, Ramón Díaz a la Fiorentina, el austriaco Walter Schachner al Avellino, el holandés Wim Kieft del recién ascendido Pisa pasó al Torino y el explosivo lateral brasileño Branco fichó por el Brescia.

La reapertura del mercado de extranjeros ocurrió en la temporada 1987-1988, el magnate Silvio Berlusconi fichó a los holandeses Ruud Gullit y Marco van Basten, para ganar el Scudetto y marcar una época. El brasileño Careca llegó al Napoli, el alemán Rudi Völler a la Roma, Thomas Berthold al Verona, el capitán brasileño Dunga recaló en el Pisa, Enzo Scifo en el Inter, el ariete austriaco Toni Polster en el Torino, el galés Ian Rush en la Juventus y Hugo Maradona, hermano de Diego, en el Ascoli.

El cupo de un tercer extranjero llegó en la temporada 1988-1989, el Inter incorporó a los alemanes Andreas Brehme y Lothar Matthäus, el Napoli al brasileño Alemão, el Milán completo el trío de holandeses con Frank Rijkaard, la Juventus fichó al portugués Rui Barros y del otro lado del "telón de acero" al ruso Aleksandr Zavárov. Dunga pasó a la Fiorentina, el chileno Hugo Rubio fichó por el Bologna, el portugués Marco Zuccher y los argentinos Claudio Caniggia y Pedro Troglio ficharon por el Verona, y el uruguayo Rubén Sosa y el argentino Gustavo Dezotti a la Lazio.

El final de la década de oro fue la temporada 1989-1990, los protagonistas fueron el Napoli de Maradona y el Milán de Berlusconi, en el mercado de traspasos la Juventus fichó a otro futbolista del este, el ruso Serguéi Aléinikov, Lazio incorporó al brasileño Amarildo, la Fiorentina al checo Luboš Kubík y al argentino Oscar Dertycia, Udinese captó a los argentinos Néstor Sensini y Abel Balbo y al español Ricardo Gallego, al recién ascendido Cremonese llegaron el sueco Anders Limpar y el paraguayo Gustavo Neffa.

El mágico Calcio de la década de los 80 extendió su hegemonía por una quincena de años, fue conocido en Italia como: "il campionato più bello del mondo".

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar